viernes, 23 de marzo de 2012

Gónadas, Ovarios Y Testículos, Sedes De La Creación.


Las gónadas (del griego gone = semilla), son los órganos reproductores de los animales que producen los gametos, o células sexuales. En los vertebrados también desempeñan una función hormonal, por lo cual también se les llama glándulas genitales. En el ser humano las gónadas sólo adquieren caracteres morfológicos masculino o femenino en la séptima semana de la gestación.

-Las gónadas femeninas se llaman ovarios.
-Las gónadas masculinas se llaman testículos.


Sin embargo, el pertenecer a un sexo determinado no sólo depende de nacer con ovarios o con testículos, la identidad sexual puede llegar a ser algo complejo.

Los óvulos están contenidos en el ovario y la mujer ya dispone de 2 millones de ellos nada más nacer y ya no fabricará más. Cuando llega a la pubertad ya sólo le quedan 400.000 que son los realmente aptos para la reproducción. Los ovarios trabajan de forma alterna, cada ciclo menstrual, y hasta llegar a la menopausia, uno de ellos deja partir a un óvulo para que madure y procree. Representan las cualidades creativas y la fertilidad. Problemas en los ovarios señalan bloqueos en la esfera creativa de la vida.

Los ovarios producen las hormonas femeninas más importantes, estrógeno y progesterona. Los ovarios también producen una pequeña cantidad de la hormona masculina, testosterona.

Los testículos son dos glándulas masculinas cuya misión es segregar y almacenar el esperma o líquido seminal. Están situados bajo el pene, en una cubierta o bolsa y por lo general el izquierdo desciende más que el derecho. Además de por su función reproductora, se caracterizan por ser la principal fuente de hormonas masculinas. Estas hormonas controlan el desarrollo de los órganos reproductivos, así como de otras características masculinas como el crecimiento del vello y la barba, el tono de la voz o la amplitud de los hombros. En cada eyaculación hay presentes una media de 80 millones de espermatozoides. Simbolizan el principio masculino, la virilidad, la sexualidad, la fertilidad y la creatividad.

La criptorquídea (o testículos no descendidos) es un trastorno que se observa en los niños cuando uno o ambos testículos no descendieron a la bolsa testicular y las causas se atribuyen a un desequilibrio hormonal. Desde la psicogenealogía, diríamos que la madre lanza al feto masculino una orden en formato de deseo : “quiero que seas niña”.

En general, cualquier dificultad con los testículos puede que nos esté indicando problemas con nuestra creatividad y cierto sentimiento de que no podemos aportar nada al mundo. No tenemos permiso para convertirnos en “sembradores” y se nos obliga a permanecer con un nivel de conciencia infantil.

Por tanto, los ovarios y los testículos son órganos conectados con el ego creativo sexual y la prohibición en esta esfera es la que fundamentalmente provoca la enfermedad. Un acto psicomágico orientado a liberar la energía creativa consiste en teñir los testículos con pintura (inocua) roja.

A veces, a pesar de que la naturaleza nos programa para reproducirnos en pos de la supervivencia de la especie y que nuestro deseo es de ser papá o ser mamá, las gónadas no cumplen con su cometido. Las exploraciones del ginecólogo y del urólogo no aportan conclusiones de hallazgos físicos o funcionales que justifiquen la esterilidad. En esos casos, sería conveniente revisar el árbol genealógico de cada miembro de la pareja porque puede que haya conflictos que resolver en ellos: demasiados hijos no deseados, muertes infantiles, abortos, partos mortales, abusos/violaciones, antepasados que vivieron la maternidad o paternidad a edades tardías… La reparación de estas huellas psicogenealógicas es fundamental para que la pareja pueda concebir al fin el hijo deseado.

Plano Creativo.